Funciones Ejecutivas
¿Qué son las funciones ejecutivas?
Son necesarias para conductas dirigidas a una meta, incluyendo la habilidad para iniciar y detener acciones, monitorear la conducta y planear conductas futuras cuando nos enfrentamos con situaciones y/o tareas novedosas. También nos permiten anticipar resultados y adaptarnos a situaciones cambiantes. La habilidad para formar conceptos y el pensamiento abstracto son componentes de las funciones ejecutivas. Éstas no sólo abarcan los procesos cognoscitivos sino que incluyen también las respuestas emocionales y las acciones comportamentales.
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En la vida real, estas habilidades juegan un papel relevante en la adaptación y la ejecución adecuada, permiten que el individuo inicie y termine las tareas y, cuando se presenten dificultades, persevere hasta que alcance el objetivo. Son indispensables para poder hacer planes alternativos cuando surjen eventos inusuales que interfieran con las rutinas normales. Contribuyen a poder tener éxito en el desempeño de las actividades de la vida diaria en el aspecto individual, social y ocupacional.
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Dentro de los principales procesos que involucran las funciones ejecutivas encontramos:
Abstracción: Es la capacidad de deducir o inducir lógicamente factores que no le son presentados explícitamente al individuo.
Inhibición de respuestas: Es la habilidad de evaluar o pensar sobre determinada situación antes de actuar.
Memoria de trabajo: Es la habilidad para mantener información a corto plazo y manipularla conforme a las demandas del ambiente.
Autorregulación del afecto: Es la capacidad para controlar y dirigir apropiadamente las emociones
Iniciación de tareas: Se trata de la habilidad a iniciar a un tiempo adecuado los deberes.
Planeación: Es la habilidad de anticipar las necesidades y circunstancias, actuando secuencialmente conforme a ello para llevar a cabo efectivamente una tarea.
Flexibilidad: Se trata de la capacidad para cambiar un patrón de respuestas ante una situación que así lo demanda y de adaptarse a nuevas circunstancias.
Metacognición: Es la capacidad para automonitorear el propio desempeño evaluando errores, estrategias, tiempos, etc.
Manejo del tiempo: Es la capacidad para evaluar el factor temporal de modo adecuado. Por ejemplo: estimar efectivamente el tiempo para llevar a cabo una tarea o tener noción de la urgencia para terminar en un momento dado.
En los programas de estimulación cognitiva evaluamos cada uno de estos componentes y realizamos ejercicios específicos para estimular y mantener cada uno de estos complejos procesos que realiza el cerebro. Para más información puede contactarnos.
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